«Son como niños»

¿Quiénes son como niños? Ellos, sin duda alguna.  ¿Quién puede serlo en su esencia? Sólo ellos.

Quizás sea porque soy la pequeña de la familia y me asombran, sorprenden e incluso me chiflan estos serecillos.

No he visto crecer día a día a ningún bebé, pero sí  he seguido la pista a más de uno porque necesitaba una persona que estuviera a su lado en sus primeros años de vida.

Es ahí, en esos comienzos, cuando uno se percata que esa es la edad de la inocencia, donde todo se pregunta sin importar qué pensarán o dirán, donde todo se hace sin miedo a meter la pata, donde siempre se dice lo que se quiere, piensa y molesta aunque sea a gritos, llorando o balbuceando, donde la verdad y sinceridad salen por la boca sin tener  a la vergüenza, el miedo u orgullo como frenos.

Estar al lado de ellos, te hace sentir como en casa. Es ponerse a dejar volar la imaginación y sumergirse en sus mundos, es dejar los problemas personales y estar sólo por y para sus necesidades, es olvidarse de uno mismo para convertirse en otro mucho mejor, pues los niños sacan la mejor versión de las personas.

Los niños sólo quieren que los mayores estén ahí, que escuchen sus historias, sus sueños y sus aventuras en el colegio, por el parque… Los mayores somos su seguridad, no esperan nada más, no se cuestionan nuestra ropa, coche, estudios, trabajo, dinero… Claro que se percatan de todo esto y mucho más, pero no al mismo nivel que los adultos. Saben que sus mayores tienen todo eso pero no les importa en qué medida y valor. Ellos miran por nuestra persona; si papá, mamá, el abuelo o la abuela están en casa, o han ido a recogerlos al colegio.

Rodearse de estos pequeños rejuvenece el alma y en consecuencia, la vida; salvando las ocasiones en que no se quiere convivir con ellos porque se llega a la desesperación… Aunque ellos no tienen la culpa de desconocer  las reglas de la vida, necesitan vivirlas para conocerlas.

Entiendo a esos padres que miran casi en babia a sus hijos, por lo sorprendente de la vida humana en una “cosa” tan pequeña; me emociona ver las bonitas estampas que se crean en entornos de familias numerosas con los abuelos junto a sus nietos, los hermanos mayores con sus hermanos pequeños jugando, los padres riendo al ver lo patosos que son los abuelos a esas edades…

¿Quiénes son como niños? Ellos, sin duda alguna.  ¿Quién puede serlo en su esencia? Sólo ellos,  y nosotros siempre que queramos.

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