Los bestseller y la vida real

Sólo una pequeña apreciación.

Las novelas, las grandes novelas o bestseller, página tras página nos van metiendo en una bonita historia, aventura o experiencia… Hay siempre, detrás de un capítulo, otro más. Así hasta llegar con tristeza y pesar a la última hoja. Y si se tiene suerte, puede que haya un epílogo que maquille esa maravillosa historia, completándola y dejando al lector con un mejor sabor de boca para enfrentarse de nuevo a otra gran novela.

Con los libros se acepta que haya un final. Y pasa un tanto de lo mismo con las series y programas de televisión, los discos de música… A veces se quiere tener una segunda parte o prolongación y aunque no se dé siempre,  se nos concede de vez en cuando. Otras tantas nos damos con un canto en los dientes y entonces  pensamos ya en otra novela,  la próxima serie o el programa que sustituya, amplíe o mejore lo anterior. Es lógico, pero todo comienzo tiene un final y todo final un bonito comienzo.

Trasladándolo a la vida real pasa algo parecido. Queremos más, buscamos una continuidad ante ciertas vivencias. Muchas veces la tenemos, pues contamos con personas, lugares, palabras que nos mantienen conectados a esa historia.

Pero al igual que las grandes novelas con un número fijo de páginas, las grandes historias vividas tienen sus días contados. No hay segundas partes ni continuaciones. Son las llamadas etapas o el conocido ciclo natural de la vida humana.

Y de nuevo, las personas piensan en lo próximo a acometer, en la nueva meta que alcanzar o, simplemente, las nuevas historias que vivir. El epílogo, en este caso, lo redactamos nosotros a través del sentido de la vida que hayamos encontrado en el cúmulo de historias vividas.