Te he visto… Gracias

A ti que me lees.

Sé que la vida a veces se vuelve difícil de recorrer. Hay días en los que no ves más que trabajo aquí, encargos allá y un sinfín de servicio que dar sin apenas tener un tiempo para ti. A veces, la vida que has elegido vivir y lo que con ella vives hace que te metas en un torbellino de tareas a realizar. Siempre acabas con un cansancio mental y físico considerable, ¿verdad? Esto me habla de que realizas cada cosa con todo el amor del mundo y toda la dedicación sincera que de ti brota. Y qué paz te da. Lo sé. Te he visto. 

Te he visto comprando lo que se necesitaba a última hora. Te he visto llevando a unos y a otros a sus casas. Te he visto montando un escenario en duros días de verano. Te he visto preparando una sala para una merienda o reunión. Te he visto madrugando para acompañar a alguien y, también, quedarte por la noche esperando a otros. Te he visto ocupándote de un grupo o evento. Te he visto encargarte de la limpieza con una alegría admirable. Te he visto redactando un proyecto o formación para otras personas. Te he visto cocinar para muchos que avisaron tarde. Te he visto arreglando una ventana, puerta o cualquier cosa de la casa. Te he visto donar tu dinero en momentos de precariedad. Te he visto acompañando personalmente a tantas personas. Te he visto visitando amigos y conocidos en momentos de sufrimiento. Te he visto sonreír cuando lo pasabas mal. Te he visto rezar por los olvidados. Te he visto cargando y descargando cajas para ayudar en una mudanza.

¡Te he visto realizando tantas cosas! Estas cosas no son más que pequeños gestos. Un arrimar el hombro. Cualquiera lo podría hacer, dirás. Ya, pero tú lo hacías sin formar parte del equipo titular, sin llevarte el aplauso, sin estar escrito tu nombre. Sin siquiera saber los demás que tú habías formado parte de ello o que incluso te hubieras pasado por allí. ¡Qué escándalo para muchos y qué provocación para unos pocos! Sé que no necesitas brillar y tampoco haces las cosas para que te vean o noten tu presencia, pero quiero decirte que yo sí te veo.

¡Eh! Te veo.

Te veo en cada una de las cosas que has hecho en lo escondido. Precisamente por ese ser en lo escondido es cuando más evidente se me ha hecho admirar tu capacidad de darte y constatar hasta dónde llega tu hacer la vida más agradable a cuantos pasan por tu lado. Me habla mucho de ti esto que haces tan bien y de forma que parece que no te cueste. Pero sé que te cuesta. Me lo has dicho. Y te he visto. ¡Qué humanidad desprendes! Poder expresar que no eres de piedra con serenidad, sin escandalizarte y conociéndote tan bien. 

También te veo en las cosas que has hecho en lo visible (entiendo que a veces es inevitable el escaparate), pero lo que ha llamado mi atención ha sido tu actitud. No es una actitud cualquiera. No. Tu actitud es de esas que te hacen pararte a contemplar. Me parece que te sale sola sin sufrir por dentro. Pero sé que sufres. Me lo has compartido. Y te he visto. ¡Qué humildad emanas! Poder decir que eres una persona en conversión continua, sin sentir humillación y haciendo agradable a los demás esa cualidad.

En fin, si nadie se ha parado nunca a darte las gracias por estar ahí y enseñar tanto a través de tu persona… Yo te doy las gracias por estar en lo que haces y por enseñarme tanto a través de ese estar. Y también a través de lo que eres y aportas con tu persona, tu forma de ser y de vivir tu vida. Aprendo mucho viéndote. Tu existencia me hace querer ser mejor persona.

3 comentarios sobre “Te he visto… Gracias

Agrega el tuyo

Tu turno

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Empieza un blog en WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: