Acuño esta frase porque está siendo una realidad en este vertiginoso septiembre. Lo que viene siendo mi persona está viva y dando mucha guerra. Y por culpa de ésta no nos ha permitido pararnos, pensar, lidiar pensamientos y sentimientos, y ponernos manos a la obra a compartir. No es una necesidad asfixiante pero sí que me he dado cuenta de que yo necesito expresar todo lo bueno que pasa a mi alrededor, cosas que me interpelan, personan que hacen que piense y encuentros que despiertan mi alma.
No es necesidad asfixiante, repito, pero de la última vez que pude sentarme a escribir hasta hoy, siento que una parte de mí está activa, queriendo salir y otra que pide calma para organizar tal torbellino. Y no quiero escribir por escribir porque como ya he dicho muchas veces, todo lo que aquí dejo plasmado es puro reflejo del vivir, nada sale de la imaginación y del sinsentido. Así que sólo quería deciros que estoy viva, que tengo muchas cosas en mi mente y corazón y que espero poder encontrar un momento para poderles poner palabras y que os lleguen.
Para que veais que os tengo aprecio, mirad si os lo tengo que hasta he puesto una foto mía haciendo el tonto… Pero lo hago como lo veis, con el bolígrafo en un lugar erróneo porque… ¡Se me rebela y no quiere ir a mi mano izquierda para empezar a escribir! Cuando consiga poseerlo, tendréis noticias. De momento, paciencia.
Uno, dos y tres volver a empezar 
Me alegro, pues… ¿Qué hay mejor que vivir la historia de Amor que Dios te regala cada día? Mientras tengas tiempo para la oración sola a solo con Dios, es suficiente. La paz.
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¡Gracias, Mensajero! Hasta para hacerme llegar estas pequeñas líneas trabajas. Sí, intento vivir en todos los sentidos, con Dios y para Dios y no meterme en torbellinos activistas. Pax, frater!
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