Libertad y Providencia

Ya ha pasado tiempo desde que leí y contesté a una pregunta en el muro de Facebook de una amiga. Me acuerdo que le contesté directamente pero no llegó a entender mi argumento. Así que con las prisas decidí grabarle un audio y mandárselo. Ahí le hablé de lo que me sugería o entendendía según lo que he leído y recibido de formación. La pregunta rezaba así: ¿Existe el compromiso o es más la Providencia? 

A bote pronto esto fue lo que le contesté: Duda y contesto: ¿A qué te refieres con la Providencia, a si uno no se compromete con algo sino que Dios te lo pone en el camino y tú accedes a ello? Bueno, el compromiso existe porque Dios nos ha dado la voluntad para querer algo, hacerlo y responsabilizarnos con ello. También nos ha dado la libertad para dejarnos actuar en conciencia con lo que vemos nos conviene o queremos en ese momento. Acertaremos o nos equivocaremos. En cualquiera de los dos casos está la Providencia por medio, cuidándonos.

Como no quedó clara la cosa amplié mi explicación con el audio que oscomenté y decía lo siguiente, y que es el cuerpo de esta nueva entrada sobre la libertad humana y la Providencia divina. He añadido palabras y cambiado a tercera persona para conseguir mayor coherencia y que se comprenda mejor.

Como personas humanas Dios nos ha dotado de inteligencia y voluntad. Y además nos ha dejado libertad para actuar. Acerca del compromiso diré que nosotros, de una forma humana, tenemos que decir que sí a una realidad, a un estilo de vida, a una vida en plenitud a través de un compromiso. Porque la única forma de crecer en todos los sentidos ya sea en una familia, de forma célibe, consagrada o como persona que se dé a los demás, necesita del compromiso. Y uno se compromete por algo y por alguien, necesita de ese compromiso para darse plenamente y darse bien. Entonces sí que existe el compromiso en ese sentido.

En cuanto a la Providencia, las personas eligen porque Dios les da libertad y con su libertad se pueden comprometer por una causa mala o buena. Como causa mala tenemos el ejemplo de los nazis. Ellos se comprometieron con el partido nazi y tenían que acometer una tarea que era abolir la raza judía. Lo llevaron a cabo porque creían en eso y estaban comprometidos por la causa. Y ahí está la libertad, se puede utilizar para bien o para mal. Pero dentro de nuestras acciones también está la Providencia pues Dios siempre está con nosotros y en cualquier decisión que las personas hayan tomado Dios está a su lado para despertarles la conciencia y decirles «este es el camino y ese no«. Y cuando se hacen cosas bien, se están haciendo bien gracias al Espíritu Santo, aunque unos no se den cuenta, que actúa y les moldea el corazón haciéndolo atractivo, donde hay destellos de bondad y belleza. Y estas dos vienen de Dios.

Si alguien que ha hecho una cosa mala, cualquier persona que decide matar a alguien, la formación de una secta o cualquier persona que dice una mentira; todas ellas se comprometen con la mentira en su vida. Y quieran o no luego hay consecuencias y secuelas. En los testimonios de vida lo vemos. Son gente que en un campo tan contrario como el de las miserias humanas como la adicción al sexo, al alcohol, a las drogas, cambia a su opuesto, a ser libres en sus acciones y buscar el bien. Van al otro lado, al de la fe al de vivir plenamente y dejar entrar a Dios en sus vidas. Y se ve cómo la Providencia, a pesar de ellos tomar ese camino malo, ha estado acompañándoles hasta hacerles ver que eso no era bueno. Y lo hace en un detalle. Dios no se presenta siempre en una iglesia (a muchos les ha pasado así), hay otros a quienes se les ha presentado a través de un amigo, a través de una pleícula, de una cosa que hayan visto en la calle, de unas palabras de un amigo o simplemente ellos mismos se dan cuenta cuando tocan fondo. Ahí saben. Dios da esa libertad y a cada uno le llega el tiempo de comprometerse para bien. Hay un solo compromiso que es el de la plenitud de vida y ésta está en diferentes campos, pero esos campos tienen que responder siempre a la plenitud del bien, a la plenitud de la bondad, a la plenitud de la belleza y a la plenitud de la justicia. Entre ellas está Dios. Si las buscas, las sigues y las imitas, estás dejando actuar a Dios en tu vida por medio de tu libertad al querer incorporarlas a tu vida.

Las personas tienen dentro a Dios, la luz del Bien. La tienen en el alma que les ha puesto Dios. Aquélla les va guiando. Es la Providencia, la conciencia que te habla en cada momento de decisión en la vida. Pero al final es la libertad de uno la que decide, la que quiera hacerlo, la que quiera decir que sí a esa inclinación, a esa inspiración que tiene en el alma. Por tanto, Dios nos da la libertad y en nuestras elecciones, tanto buenas como no tan buenas, Él se mantiene al margen pero sin desentenderse. Está a nuestro lado para salir a nuestro encuentro en el momento que se lo pidamos. Y aquí está la cuestión: hay que pedírselo para que se nos manifieste, para verle en nuestra vida de un forma que sólo nosotros podamos reconocer que es Él, aunque Él no deje de mandarnos mensajes y pequeños detalles sin que se lo pidamos: nunca interferirá en nuestra libertad para el compromiso pero tampoco se quedará de brazos cruzados.

9 respuestas a “Libertad y Providencia

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  1. Bien por la entrada. Pero creo que rizamos el rizo cuando especulamos con las palabras. Ya sea la palabra compromiso, amor, libertad o lo que sea. Una cosa es que a alguien no le guste una palabras por connotaciones de todo tipo que puede llevar, pero la palabra en sí es correcta, en el texto y el contexto, entonces…
    Gracias por compartir.
    Espero sigas bien.

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    1. ¡Qué alegría leerte! (tengo pendiente contestarte el correo y te cuento ese «sigas bien»)
      Gracias por leerme y seguir dejando comentarios y matices. La verdad es que las palabras las han «viciado» tanto que uno no sabe ya su significado genuino y cae en la trampa. ¿Lo de «correcta, en el texto y el contexto» iba por el uso que le he dado a la palabra «compromiso»? Eso he entendido yo y eso espero porque si no, soy la primera en pedir disculpas.
      ¡Un fuerte abrazo!

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  2. Una muy buena explicación, aunque personalmente no me gusta la palabra compromiso ya que históricamente ha sido en muchos casos la encargada de matar a la humildad. Y la humildad es aboslutamente necesaria para un Cristiano, porque en caso contrario todos los regalos que Dios nos hace se desvirtúan: ya no son regalos, sino cosas merecidas. Ya no nos ama Dios sin merecerlo, y nos regala la Salvación; sino que nos ama porque lo merecemos, y nos merecemos que nos salve, pues nos hemos comprometido con Él. ¡Que error tan grande!

    Por eso… ¿Compromiso? Si, como respuesta al Amor y encuentro primero de Dios con uno, pero como dice San Pablo: Nada hagáis por ambición, ni por vanagloria, sino con humildad, considerando a los demás como superiores a uno mismo, sin buscar el propio interés sino el de los demás (Filipenses 2, 3-4). De igual modo, cuando hayáis hecho todo lo que os mandaron, decid: No somos más que unos pobres siervos; sólo hemos hecho lo que teníamos que hacer (Lucas 17, 10). Eso es lo que hace un Cristiano: lo que Dios le ha mandado hacer. Y punto. No hay palmaditas en la espalda, ni hay una exigencia a Dios a cambio de lo que he hecho, ni nada por el estilo.

    Con esta aclaración, a mi parecer, has escrito una perfecta explicación sobre la libertad del hombre (que puede rechazar a Dios) y la providencia de Dios (siempre presente y creando encuentros con el Amor). Comprometámonos pues, con humildad de corazón y siendo consientes de nuestra falibilidad, ha hacer la Voluntad de Dios que nos muestra a través de su Providencia. Y seamos conscientes de que el verdadero compromiso es siempre de Dios con nosotros, no de nosotros con Dios, porque… ¿Quién puede asegurar que mañana seguirá siendo fiel a Dios, pase lo que pase? Yo no. Pero si puedo asegurar que Dios si será fiel conmigo y aguardará para hacerme misericordia.

    Me alegra leerte de nuevo, muchas gracias por esta hermosa reflexión. La paz :)

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    1. ¡Buenas, Mensajero! Vaya, hombre. Creo que por una vez discrepo contigo y me uno a M.M. de Jesús. Claro que existe el compromiso y estoy de acuerdo conque Dios lo tiene con nosotros de forma perenne, fiel. El compromiso es humano (sólo las personas se comprometen, ni los animales ni las cosas lo hacen) y necesario (para encauzar y dar salida a la libertad de las personas); y divino (ya lo has dicho tú y nos lo recuerda la Iglesia y la Biblia).

      El compromiso conlleva humildad porque es dar tu persona. Si fuera egoísmo nunca dejaríamos que otros ganaran nuestra persona. ¡No son incompatibles sino necesarios! Cuando una persona decide comprometerse a algo, a alguien o por algo, por alguien, se olvida de ella misma para ir a juntarse y ser uno con ese algo o alguien, caminar juntos, mirar en la misma dirección. Y no me refiero sólo al noviazgo o al matrimonio sino también al trabajo, a un estilo de vida, a un deporte… ¡Te cambia por completo! Ya no eres tú sólo sino un tú más un yo. ¿Y ésto no es humildad, querer ser una unidad y no sólo un individuo? No me malinterpretes, es una pregunta retórica no quiero meterme contigo. Gracias por tus palabras porque siempre crean diálogo y reflexión. ¡Saludos!

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      1. «El compromiso conlleva humildad porque es dar tu persona», y eso es cierto si se vive así :) y así deben vivirlo los Cristianos, y por lo que cuentas así es como lo vives tu… ¡Y me alegro! Pues un compromiso en el que una persona se «olvida de ella misma para ir a juntarse y ser uno con ese algo o alguien» no puede ser en ningún caso ni malo ni egoísta. Y además es necesario.

        Pero no siempre es así. Un ejemplo claro son muchos matrimonios de hoy en día, donde dos personas se comprometen por digamos que les gusta la otra persona, pero cuando empiezan los problemas salen rencores y empiezan a recriminarse el compromiso: yo hice por ti esto, o mira todo lo que hago por ti y tu nada, o aquella vez que deje o hizo esto, o tal y cual. Y la entrega se rompe. Y el compromiso se vicia y se convierte en motivo de exigencia, pues si yo «he hecho algo por ti, me lo tienes que devolver». Y, por desgracia, con Dios puede pasar algo parecido, pues no será la primera vez que oigo cosas como: con todo lo que voy a misa y me comprometo con la Iglesia y doy de limosna y que me pase «esto» (entiéndase cualquier sufrimiento de la vida) no hay derecho; o: Dios mira como yo estoy tan comprometido contigo me tienes que hacer eso o aquello otro que me lo merezco después de todo lo que he hecho. Este tipo de situaciones son los que comento que vician al compromiso en algo egoísta, en una especie de mercadeo con el otro nada bueno.

        De todas formas, me alegro que no estemos de acuerdo, pues si no el mundo no sería interesante. Gracias por comentar tu muy interesante punto de vista y ojalá más gente se comprometiera olvidándose de uno mismo como comentas tu, lo cual me parece mas que maravilloso. La paz :)

        PD: Contestando a tu pregunta retórica, la respuesta es sí, por supuesto que es humildad, una que me gustaría llegar a vivir yo mismo.

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        1. En el ejemplo que dices del matrimonio y de una persona católica, se ve claramente que no viven el compromiso como exige. Si se hace para conseguir algo en beneficio de uno mismo entonces hablamos de egoísmo, y el compromiso no entiende de eso. Por eso, si empezamos a poner ejemplos de ese tipo de «compromiso» (entre comillas pues no lo es) vamos a terminar haciendo un lío de todo y no tiene porqué. Es bien sencillo de raíz. Igual está pasando con el «matrimonio» homosexual. Y de muchas otras cosas pero no voy a entrar pues creo que tenemos inteligencia todos para distinguir las cosas sin tener que echar sermones y discusiones.

          Gracias de nuevo por tus palabras y espero seguir leyéndote. ¡Un saludo!

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