Confianza para cambiar

Con tres palabras cambia todo. Es increíble pero es posible y ayer ocurrió. No esperaba que de un temor sacara una esperanza y todo fue por esas tres palabras. «Confío en vosotras». Supongo que parece increíble cuando no eres consciente de lo que te une a esa persona, cuando no has bajado a la realidad que te envuelve, cuando no has dejado que esa confianza fluya de verdad por no haberla experimentado antes. Y echas la mirada atrás y compruebas que ha habido hechos significativos que han creado esa atmósfera donde respirar tranquilo. Con esas tres palabras se ha creado un vínculo más fuerte y seguro.

Hay muchas heridas en cada persona y con amor se curan. Pero antes cada uno debe llenarse del Amor para poder amar. Quien se encuentra con el Amor sabe que su vida cambia en ese mismo instante y que puede amar y ver al otro, verlo con todas las consecuencias. Así me vio esa persona que transmitió su confianza en mi persona. A pesar de todo, ella decide verme con todas las consecuencias y no echar la mirada hacia otro lado. De pronto, conforme íbamos hablando, ese temor se convirtió en esperanza. Y es que uno piensa que mete la pata, que no merece que le cojan de la mano y anden con él y de pronto se encuentra una respuesta diferente, una apertura y una mano tendida. Eso sí, esta vez esa mano tendida es exigente. ¿Qué sería de la confianza si nos nos exigiera, si no nos tirara hacia arriba, si no nos sacara lo mejor de nosotros mismos, si no buscara el bien para nosotros?

La confianza se gana con actos. Las palabras pueden acompañarlos pero no son suficientes. El querer sólo no gana la partida. Ayer me quedó claro: no se puede jugar con la confianza de la gente, con la confianza depositada con amor. Resulta fácil y de justicia pensarlo e incluso algo obvio pero a veces, por pocas que sean, aquéllo se olvida y pasa factura. ¿Para cuándo la fidelidad a esa confianza? Es un entrenamiento diario, es adentrarse en esa relación de amistad, conocerse y apoyarse. Sólo así esa confianza permanece, no se rompe por miles de historias que nos rodeen a diario, por muchos planes B que tengamos en mente, por otras tantas apetencias o tentaciones que se nos presenten. Entender esto es un paso importante para crecer.

Esa persona demostró su confianza al apostar por mí y seguir adelante con un proyecto que está a punto de dar comienzo; al ofrecerme la oportunidad de vivir momentos que no elegí por mí misma; al darme vía libre para llamar a una amiga; al invitarme a una charla compartiendo sala con una persona que no esperaba encontrar. Todos estos actos parecen pequeños pero tienen una repercusión enorme cuando sabes lo que está en juego y, en consecuencia, te llenan de esperanza. La confianza requiere compromiso y voluntad para cimentarla en algo serio y firme, y una buena dosis de humor para avanzar con optimismo. A veces la confianza es una sonrisa compartida, una anécdota vivida juntos o un chiste contado por el simple hecho de ver a la otra persona reír. La vida no es perfecta ni fácil pero por algún motivo estamos las personas para sostenernos, y lo hacemos a través de valores humanos y espirituales que nos ayudan a ver belleza en esa imperfección y luz en esa dificultad.

La confianza admite la verdad y se basa en ella. La confianza no tiene sentido sin la verdad y todo lo que la encumbra traiciona esa confianza. Sin palabras directas al corazón y al alma no puede darse. ¿Que serán duras? Esa misma confianza basada en el amor las suavizan y las llenan de sentido. ¿Y por qué serán duras? Porque esa confianza es ver en lo invisible y las personas necesitamos certezas, percibir un brillo en el otro para seguir adelante; por lo que le pedimos un querer querer reflejado en actos. La verdad hace bien y sólo escuece cuando sabemos que no caminamos en ella, cuando no tenemos confianza en nosotros mismos. Son duras las palabras que hablan de verdad para los que todavía no han encontrado esa verdad en su vida pero ahora saben que pueden confiar en la persona que se la presenta.

 

8 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Qué bello es encontrar alguien que se fía de nuestra pobre persona, alguien en quien una puede confiar…es un reflejo del amor de Dios en la tierra.
    Sí, para cambiar es necesario confiar.
    Pido por ti, haz tú lo mismo. Gracias.

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    1. M.M. de Jesús, me preguntaba dónde te habías metido, gracias por aparecer de nuevo. Es una pena que a veces pasen cosas «gordas» para darse uno cuenta de las personas que tiene alrededor y que puede confiarse a ellas. Es bello, sí y un regalo porque a veces (siento estar pesada con ese a veces pero es así, en la vida aparecen momentos de debilidad) no sabemos por dónde caminar o cómo hacerlo. ¡Un saludo valenciano! Cuenta con mi oración también.

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      1. Ha aumentado la «familia» y tengo poco tiempo libre.
        Un abrazo. Pide por mí, el sábado debo intervenir en una mesa redonda para hablar sobre la vida contemplativa; así que mañana de viaje a los madriles.

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        1. ¡Qué noticia más buena! Espero que todas tus ausencias se deban a ese aumento de la familia. Oído cocina, ración de rezos mañana pero todo irá bien porque palpo, aunque sea por tus escritos, esa vida contemplativa en ti (no tienes que estudiar nada). ¡Buen viaje!

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  2. lydiadux dice:

    «(…) la probreza no es abandonar, sino tener, lo que la define es el camino hacia tener, hacia la verdad de terner. En efecto, confianza nace de un verbo latino, fidere, fidere se alicui, ‘confiarse a uno’. La confianza es confiarse a alguien. La confianza entraña la esperanza del cumplimiento y lleva en sí la pobreza como regla de vida. Aun cuando uno no quiera, está obligado a dejar. (…) La pobreza en sentido positivo, el sentido positivo de la pobreza, es la confianza, fidere se alicui (confiarse a alguien).»

    («¿Se puede vivir así?», Luigi Giussani, Ediciones Encuentro)

    Ultreia!

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    1. Amicus meus! Siempre me traes palabras que dejan huella. Gracias por hacérmelas llegar porque matizan y ayudan. ¡Cuánta razón! Me encanta porque da un significado diferente a lo que todos pensamos y esa unión de la confianza con la pobreza. «Confiarse a uno» y a veces ésto es lo único seguro que se tiene. Un fuerte abrazo, Lydiux.

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      1. lydiadux dice:

        Amicus meus! ¡Te traigo palabras que yo misma recibo, me acompañan y me limpian la mirada! Un abrazo fuerte de tu amicus, Lydiux.

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        1. Esto es una continua cadena de favores. ¡Pues no cierres el grifo y deja pasar la corriente!

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