Sí, pero no

He visto un vídeo sobre los jóvenes y la situación laboral, en seguida he pensado en nosotros y en el miedo a comprometernos. Quizás no sea ésta la imagen de los jóvenes de esta época, pero no deja de haber quienes siguen hipnotizados por la diversión y el descontrol, es decir, llegar a un estado de «bienestar» donde no se sabe qué se dice, cómo se dice y qué se hace durante una noche larga o toda una vida. Y qué sé yo, pero a nadie debe de gustarle la sensación de desubicación en todos los sentidos.

Como decía, después de ver ese vídeo (vale la pena verlo, son 10 minutos de verdadera inmersión en el estudio de la vida de personas entre 18 y 24 años), me han asaltado dudas y afirmaciones al mismo tiempo. Mucho han cambiado las cosas de una década a otra en el tema de responsabilidades, proyectos de vida y toma de decisiones importantes en la vida de los jóvenes. Marcarse el camino no todos lo tienen en mente, otros lo intentan y el resto pide ayuda para despejar la equis. En ese vídeo hablan de la pasión por hacer algo, si haces lo que te apasiona seguro que no tardarás en ver resultados optimistas. Es verdad, no hay nada más motivante que hacer lo que realmente gusta y no importar los obstáculos que se encuentren por el camino o el sinfín de horas que hay que dedicarle.

La pregunta que lanzan es «¿estás haciendo ahora lo que te apasiona?», obvian que se pueda elegir. Justamente ahora no se tienen muchas opciones de elegir un trabajo de lo que se ha estudiado o que tenga que ver con algún hobby. En cualquier caso, la pregunta se ha saltado otra gran pregunta: ¿qué vas a aportar a la vida con tus habilidades?, y otra «¿quieres, de verdad, comprometerte con un proyecto ya sea profesional, social o personal?».

Partimos de la situación del miedo al compromiso, el cual está al orden del día. El resultado es una sociedad altamente individualizada, porque comprometerse va unido a las conjunciones «con, a»; viene acompañada de algo o de alguien más a parte de uno mismo. Entonces me preguntaba, ¿cómo hemos llegado a esto?, ¿qué es lo que hace que una persona no se decida y apueste por algo totalmente y para siempre? Hay un freno por medio, como si dar ese paso significara perder la personalidad, la tranquilidad o el norte.  El compromiso se considera un estorbo para la libertad de las personas. Qué sinsentido, si precisamente eligiendo haces uso de la libertad personal. La palabra compromiso suena fuerte pero es lo que mejor describe lo que es un trabajo, una vida, una relación. Pensando en esta palabra me venían a la mente otras tantas que pueden resultar sinónimas, como por ejemplo: libertad, fidelidad, responsabilidad y amor.

¿Y por qué estas cuatro? A ver si consigo responder brevemente. Libertad, porque comprometerse lo elige uno si quiere, es libre de escoger una carrera y desestimar el resto. Aunque muchos opinen, la última palabra la tiene esa persona. Fidelidad, porque comprometerse es mantenerse firme a esa elección hasta el final. Ser fiel al estilo de vida que se ha optado vivir o ser fiel a la persona que se ha decidido querer. Responsabilidad, porque comprometerse requiere madurez, estar plenamente metido en el proyecto, estar disponible ante cualquier situación sea buena o adversa. Y finalmente, amor. Porque comprometerse es desvivirse por algo o alguien, es querer y apasionarse con ello.

Porque escoger es comprometerse; toda elección es un compromiso. Y los que tienen miedo a escoger, y tan sólo inician tentativas que rápidamente abandonan, contradicen y anulan su propia libertad. Mientras se tenga miedo a comprometerse se seguirá estando en una encrucijada.» [La crisis de la libertad]

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