Pulchrum, oh belleza

Porque muchas veces pasa por delante de nuestros ojos y la dejamos marchar. Porque forma más parte de nuestra vida de lo que pensamos. Porque sin ella estaríamos muertos por dentro y por fuera. Porque hay que darla a conocer… A raíz de la Carta a los artistas de san Juan Pablo II, tuve la oportunidad de leerla hace un par de años y hacer un resumen sobre la importancia de la belleza en la sociedad actual. Éste fue el resultado aunque debería ser un texto más largo de lo que es, las palabras se han reducido para hacer su lectura más rápida y sintética.

El concepto de Belleza ha ido sufriendo y adoptando diferentes definiciones a lo largo de la historia. Dista mucho el ideal de Belleza de Platón o Aristóteles de “la Belleza es aquello que agrada y por tanto, es bueno”, de la concepción que se tiene hoy en día. Nuestros tiempos se han convertido en tiempos donde todo lo visual, tecnológico y digital ha adquirido mucho mayor impacto en las personas, y son los nuevos programas y artes de crear belleza los que rigen, antes que la capacidad de la persona por realizarlo con sus propias manos. Aunque la inteligencia y la capacidad innovadora de aquélla no pasan desapercibidas.

En todo caso, el concepto de Belleza como algo que capta, llama la atención a nuestros sentidos, sigue patente en nuestra sociedad y toda persona busca llegar a ella a través de sus obras, trabajos, conversaciones. La Belleza es importante en la sociedad actual por varios aspectos: La Belleza suscita emociones en el ser humano y le lleva a no buscar en las cosas materiales, a no ser materialista. Emociones como la Admiración: La Belleza captada como algo fuera de lo normal, siempre lleva a hacer valoraciones más grandiosas sobre las cosas.  Sensibilidad: Ante la realidad que se vive. Se comprende mejor a las personas, el funcionar de las cosas y de la Naturaleza. Lleva a lo íntimo del ser humano y le cambia. Contemplación: La Belleza lleva a pararse ante ella. Nadie pasa de largo ante una gran obra de arte, ante una música impactante, ante un paisaje, ante una escena de una madre con su hijo. Conocimiento verdadero: Esta Belleza lleva al hombre a valorar y reflexionar sobre su origen y su participación con una “realidad divina”.

La Belleza sigue creando, es decir, el ser humano a través del concepto de Belleza, se ha puesto un nivel, una meta o ideal a alcanzar. Puede crear en su realidad, el mundo urbano, su ciudad. En ella, puede aplicar sus conocimientos y sus habilidades artísticas y creadoras realizando objetos, inscripciones, paisajes, imitando la realidad… Un sinfín de cosas, en las que plasmar esa Belleza que posee en su mente y puede hacer mucho bien en la sociedad. También puede crear en el mundo del arte y de la Cultura a través de su aportación a la música, literatura, escultura, pintura…, ámbitos de recreo de la sociedad. La Belleza educa tanto moral como profesionalmente. La Belleza se presenta en las materias de estudio, en el arte para transmitir ese conocimiento. Para que las personas despierten su arte, su capacidad creadora, previamente necesitan de algo o alguien que les despierte esa capacidad. Si lo han visto o conocido (en ellos la Belleza), la imitarán. La Belleza en la educación moral se encuentra en los actos: lo bueno y bello atrae como un imán. En la medida en que en la sociedad se viva cara a luchar por hacer las cosas bien, por no sólo quedarse en una intención, la Belleza en esos pequeños actos resplandecerá y supuestamente llevará a una sociedad mejor, más humana y preocupada por cuanto acontece a su alrededor y querrá formar parte de ella.

La Belleza lleva a la Fe, al encuentro con  Dios. Se pasa en este caso, de lo sensible, de la realidad palpable, a lo eterno, la realidad no palpable en lenguaje coloquial. Pero, a su vez, esta Belleza hace que se pase de lo Divino (pues al contemplar ese algo que nos suscita admiración, nos enciende una lucecita que nos dice que viene de algo más grande y externo a nosotros, que es Dios), a lo sensible, a hacerlo perceptible a nuestros sentidos e inteligencia. Da un equilibrio y sentido a todo: lo ordena, lo llena de armonía A su vez, lleva al ser humano a descubrir que tiene capacidad para participar de esa Belleza, y con ello, hacer partícipes a otros y de este modo, hacer un mundo mejor. El ser humano tiene la capacidad de crear, de ser él mismo artista, no en cuanto a profesional (que también) sino de su propia vida. A través de ella, va guiándose por la Belleza de Dios, de lo que conlleva ser realizado en Él y crea así su Obra Maestra, que es su propia vida. Así da sentido a su vida. De ahí la importancia de que cada persona descubra su capacidad de crear Belleza a través de su vida pues con ella está al servicio de la humanidad, la enriquece y la hace atractiva y agradable a los demás y empuja a éstos a hacer lo mismo. Los artistas tienen una gran responsabilidad, pues son los encargados de descubrir las maravillas o esas luces que Dios pone en su interior y que ellos sólo logran esbozar un reflejo de esa Belleza en la realidad creadora.

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