Me llama la atención la capacidad de curiosidad que consiguen arrancarnos “los otros”. Llamo así a los famosos que seguimos la pista cada día o cada semana ya sea en la televisión, en revistas o por Internet.
Los otros se dedican al mundo de la moda, del fútbol, de la música, del arte… Están en todas partes y siempre nos acompañan hasta que los medios de comunicación digan lo contrario. Los otros han conseguido un lugar privilegiado en nuestras vidas, más incluso que nuestros seres queridos, aunque no siempre es así. Muchas veces vivimos de lo que viven los otros, nos alimentamos de sus vidas, nos emocionamos al compartir sus gustos y damos saltos de alegría cuando nos los cruzamos por la calle.
Como personas sociales que somos, no podemos evitar el contacto humano, relacionarnos, saber del otro para conocerlo y conocernos mejor. Y los ámbitos son miles y abarcan hasta este mundo de los otros. Ellos muchas veces nos dan vida, nos alegran el día y al mismo tiempo nos dan muchos disgustos. Escribo esto al rodearme estos días de noticias del mundo del fútbol y baloncesto español… ¡Cómo sufre una ciudad entera por su equipo! Medio país está con un nudo en la garganta y con el corazón encogido por el triste descenso de categoría de todo un emblemático equipo colegial de baloncesto como es el Estudiantes.
Y el medio país restante está en vilo por saber quiénes serán por fin los otros dos equipos que acompañen al Racing de Santander a la categoría de plata del fútbol español. En fin, los otros logran que personas como tú y como yo, creemos lazos de unión con otras tantas a través de los gustos y aficiones comunes, donde los otros son los protagonistas y de ahí surjan bonitas y duraderas amistades. Es un círculo que no se sabe dónde empieza y dónde acaba; es mucho más sencillo: al final se necesita tener un tema del que hablar.