Después de ser incitada por el planteamiento que hizo el profesor de una amiga mía a la clase entera, preguntando por qué la persona tiene tanta necesidad de expresarse a través de lo artístico, doy unas pinceladas…
El profesor les dio dos pistas para dar con la respuesta adecuada, pero no voy a guiarme por aquéllas, aunque quizás me haya servido de alguna de ellas.
Pienso que la necesidad que tiene el ser humano de expresarse a través de lo artístico es porque se da cuenta que a pesar de tener una clara tendencia hacia lo cómodo, lo superficial, hacia lo que no corresponde a su naturaleza y condición, tiene dentro de sí la imagen de Dios y ésta está deseosa de salir a la luz por medio de la pintura, de la música, de la literatura y de muchas otras artes donde cada persona desarrolla sus habilidades y se comunica con Dios, con el otro y cómo no, consigo mismo.
Cuando deja salir a la luz esa imagen de Dios, siente alivio, porque ahí reside también su dignidad.
Hay ciertos momentos en el día a día o períodos en la vida en los que dentro de la persona hay un motor, un algo que pide ser comunicado. Es el momento pues de ponerse manos a la obra y por medio de un papel y bolígrafo dejar brotar las palabras; es momento también de salir a la calle con cámara en mano y captar la belleza en las menudencias cotidianas; es momento de poner música y empezar a bailar, de ver un concierto de música clásica y ponerse a dibujar trazos abstractos o figuras concretas o escribir palabras que inspiren esa melodía…
La Belleza está inscrita en muchas cosas, o mejor, en todas las cosas. A medida que el ser humano se va percatando de ella y descubriéndola allá por donde va, más necesidad tiene de expresarla en cualquiera de sus formas.